jueves, 12 de noviembre de 2009

Gloria in excelcis Deo...

Como me la platicaron se las platico (bueno, más o menos...)
- ¿Cómo te fue, Gloria? ¿Pudiste ver al tipo?
- Sí, caray... Menos mal que ya me habías advertido desde antes, porque tal como lo habías dicho tú, adoptó una postura ladina y condescendiente. Mariluz y yo, que ahí vamos como mansas corderitas, que no como sus mensas, queriendo que el fulano se haga cargo de la porquería de barda y banqueta que le valen sorbete. Pero, ¡ah no!, afearnos la entrada de la escuela eso sí que no.
- ¿Te recibió él inmediatamante?
- ¡Por por supuesto que sí! Nomás faltaba... ¡Como que el viejo canijo ya se olía la que le esperaba! ¿O a poco pensaba que nomás porque somos delicadas mujercitas no nos le íbamos a ir a la yugular? Ya lo dijo el Señor Don Sagrado Corazón: ¡el que tiene más saliva traga más pinole! Ahí estábamos nosotras, decididas a todo contra semejante injusticia, y que el tipo nomás empieza a tragar saliva...
- Se me hace raro, porque el fulano sí se pone ladino, pero eso de sentirse amedrentado no es su estilo.
- ¡Ja! ¡Seguramente se dio cuenta que no nos faltaba la razón! Si nomás fue cosa que le mencionáramos el cochinero que tenía en su banqueta, que es más nuestra banqueta, porque nosotras estábamos aquí desde antes que el alfeñique ese siquiera pensara en abrir su negocio en la esquina. ¡No! Pero si le ganamos el round completitititito.
- ¿Y qué dijo al final?
- ¡Eso fue lo peor! Ese enano, comadreja, aborto del infierno no fue bueno ni siquiera para decidir si le gustaba nuestra propuesta o no. Dijo que eso le tocaba decidirlo a un tal Licenciado Fulano de Perengánez, y nos despachó prieto de vergüenza, como tlacuache remojado. Eso sí, nos regaló una plumita de su universidad a Mariluz y a mí...
- ¿El tal licenciado no se llamaba Benito Agúndez?
- ¡Exacto! ¡Ese era su tapadera!
- Pero... ¡no, Gloria! ¡El viejo tiburón es el tal Benito Agúndez! Con el que tú hablaste ha de ser Diminuto Liliputínez, que es un hombre muy callado, y muy delicado... Es como un vasito de cristal... ¡Pobre! ¡Lo has de haber asustado muchísimo!
- Ah qué caray... Bueno, la pluma está bonita....
Esas cosas pasan...

1 comentario:

Gato Inculto dijo...

Zaz, y entonces como a veces ocurre de pronto... pequeña comedia de enredos que termina en semi tragedia pasando por el melodrama que queda en el corazón y la mente de "oh, pobre tipo".
Ni hablar, C'est la vie.